GANDHI Y KING
Gandhi
Mohandas Karamchand Gandhi -llamado "Mahatma" por el gran poeta indo Rabindranath Tagore, es decir, "alma grande"- es una de las figuras morales y políticas más grandes de este y de todos los siglos de historia humana. Nacido en Porbandar, India, el 2 de octubre de 1869, nada en su infancia, adolescencia y primeros años de ejercicio de la profesión de abogado hacía suponer que se convertiría en una figura de dimensiones mundiales, primero en Sudáfrica, donde estuvo casi veinte años, y después en la India, donde vivió y actuó hasta su asesinato, el 30 de enero de 1948.
Su biografía es bastante conocida y no necesita ser consignada una vez más aquí. Lo que en cambio resulta importante y menos conocido es el punto relativo a las fuentes intelectuales y morales de las que Gandhi fue extrayendo, en un proceso que cubrió prácticamente toda su vida, los principios y métodos de la no-violencia.
Cronológicamente, la primera fuente en donde Gandhi encontró y aprendió el principio de la "Ahimsa" o no-violencia, residió en la religión de sus padres, enseñada a él principalmente por su madre. "Su familia pertenecía a la escuela de Jain, del hinduísmo, uno de cuyos grandes principios es el Ahimsa, que luego se convertiría en el pilar fundamental del método de Gandhi. Este término se compone de 'A': no, privativo; e 'himsa': mal, hacer el mal. No dañar vida alguna. No usar la violencia. Es uno de los más antiguos principios de la religión hindú, afirmado particularmente por Mahavira, fundador del Jainismo, por Buda y también por los seguidores del culto a Visnú, que tuvo gran influencia sobre Gandhi." (1)
La segunda fuente importante consistió en una experiencia práctica, en una humillavción sufrida en Suáfrica, que movió a Gandhi, de naturaleza tremendamente tímida, a resistirla pacíficamente aceptando sobre sí una dosis de violencia que se descargó sin apelación. Gandhi relata este hecho en sus memorias:
"Al cabo de una semana dejé Durbán para dirigirme a Pretoria. Había reservado para mí un asiento de primera clase. (...) Hacia las 9 de la noche el tren llegó a Maritzburg, capital de Natal. En esta estación distribuían a los pasajeros mantas para pasar la noche. Un empleado de los ferrocarriles me preguntó si quería una. `No', le dije, `ya tengo'. No insistió. Pero unos instantes más tarde vi llegar a un pasajero que se puso a examinarme de pies a cabeza. Se sentía indignado al ver que era un `hombre de color'. Se alejó para volver acompañado de dos agentes de la administración. No dijeron una palabra hasta que llegó un tercer agente que me dijo:
"- Sígame. Ud. tiene que viajar en los vagones de tercera.
"- Pero yo tengo boleto de primera -repliqué.
"- No importa -terció el otro empleado-. Ud. tiene que viajar en tercera.
"- Se me permitió viajar en este compartimento en Durbán. No me moveré de aquí.
"- Ya lo veremos. Si no deja Ud. este sitio, tendré que llamar a la policía para que lo eche.
"- ¡Hágalo! Yo me niego a salir por mí mismo." (2) (Podría afirmarse que en este instante preciso inició Gandhi su larga marcha histórica por la no-violencia.)
Continúa su relato, expresando:
"En efecto, llegó un policía, me cogió de los brazos y me expulsó del vagón. Al negarme a subir a la tercera, el tren partió." (3)
En la fría sala de espera, donde Gandhi pasó entumido una noche entera, se planteó algunos puntos que desarrollaría después:
"Comencé a pensar cual era mi deber. ¿Debía luchar por defender mis derechos o volver a la India? ¿Debía seguir hasta Pretoria, sin hacer caso de los insultos, y regresar a mi país después de haber concluído el litigio? (Este pleito lo había traído a Sudáfrica.) Sería cobardía retornar a la India sin haber cumplido mis compromisos. Las humillaciones a que me veía sometido eran superficiales. Un simple síntoma de la profunda enfermedad de los prejuicios raciales. Trataría, en la medida de lo posible, de desarraigar la enfermedad y soportaría todas las durezas inherentes al proceso. Me preocuparía, ante todo, no de mí, sino de buscar los medios de cooperar a la desaparición de los prejuicios de color. Consecuente con estas ideas, decidí tomar el siguiente tren para Pretoria." (4)
Este relato ilustra un hecho que se repite constantemente en los testimonios de muchos luchadores no-violentos. Casi siempre se ha producido un hecho, un momento, en que se toma conciencia de algo que ya tenía dentro de sí y que es puesto en movimiento al verse enfrentado a un hecho violento que lo afecta personalmente, o, al menos, hiere su sensibilidad. Gandhi tuvo varios momentos que lo marcaron muy profundamente y que siempre volvió a recordar. (5)
La tercera fuente consiste en un abanico sugerente de autores que, según testimonio reiterado del propio Gandhi, le permitieron profundizar en la no-violencia y perfeccionar su práctica.
a) John Ruskin: "En 1904, una tarde, al subir al tren Johannesburg-Durbin, un amigo inglés le ofreció un libro del filósofo John Ruskin titulado "Unto This Last" (Hasta esta meta). Gandhi se pasó toda la noche devorando esta obra. Fue su revelación en el camino de Damasco. Antes de llegar a su destino a la mañana siguiente, había prometido renunciar a todos los bienes de este mundo y vivir conforme al ideal de Ruskin. La riqueza no era más que un arma para engendrar esclavitud, escribia el filósofo. Un campesino servía tan bien a la sociedad con su herramienta como un abogado con su talento oratorio, y la vida del que removía la tierra era la única que valía la pena ser vivida". (6)
Ruskin "denunciaba a los economistas clásicos por no ser capaces de concebir la economía en términos de bienestar humano, y acusaba al industrialismo de ser el responsable de la intensificación de la pobreza y de las injusticias". (7)
Gandhi mismo dice: "La Gran Bretaña me dio a Ruskin. En un solo día su libro 'Onto This Last' hizo, del abogado y ciudadano que yo era, un campesino". (8) Agrega que esta obra "tuvo como consecuencia transformar mi vida de la forma mis concreta". (9) Y concluye: "Creo que este libro magistral me ha revelado cuáles eran mis convicciones más profundas; esto explica mi entusiasmo por esta obra y las transformaciones que produjo en mi vida. El poeta tiene la misión de reanimar el bien que dormita en el fondo del corazón de todo hombre; si su influencia no es la misma sobre cada uno de nosotros, es porque todo depende de nuestro grado de evolución personal". (10)
b) Henry David Thoreau: este norteamericano que vivió entre 1817 y 1862 combatió en su país la guerra y la esclavitud negándose a pagar impuestos, hecho que le costá la cárcel. Gandhi, hablándole a norteamericanos, les dijo:
"En la persona de Thoreau me habéis dado un maestro. Su ensayo sobre el deber de la desobediencia civil me proporcionó la confirmación científica de las razones de mi acción en Africa del Sur". (11) Aludía al importante ensayo del autor norteamericano titulado "Desobediencia civil". En él "Thoreau se rebelaba ... contra la complacencia de su gobierno respecto a la esclavitud y contra la guerra injusta que libraba en México. Afirmaba que un individuo tiene derecho a no cumpiir leyes arbitrarias y negar su sumisión a un régimen cuya tiranía se ha vuelto insoportable. Tener razón, decía, es más honorable que ser respetuoso con las leyes." (12)
Hay un texto de Thoreau que impresionó mucho a Gandhi. Dice:
"Sé muy bien que si un millar, si un centenar, si diez hombres a los que podría nombrar -si diez hombres honrados solamente- ¡ay!, si sólo un hombre honrado de este Estado de Massachusetts, DEJANDO DE TENER ESCLAVOS, estuvieren realmente dispuestos a retirarse de esa asociación y fuesen encerrados en la cárcel como consecuencia, ello significaría la abolición de la esclavitud en América. Pues no importa lo pequeño que pueda parecer el comienzo: lo que se hace bien una vez se hace para siempre. Pero PREFERIMOS HABLAR DE ELLO... Hay miles de personas que EN SU OPINION se oponen a la esclavitud y a la guerra, pero que en realidad nada hacen para terminar con ellas. Hay novecientos noventa y nueve patrocinadores de la virtud por cada hombre virtuoso." (13)
"Pero PREFERIMOS HABLAR DE ELLO..." Esta frase cayó en el alma de Gandhi como combustible en una hoguera. Para él, las palabras sólo tenían valor en la medida en que eran acompañadas de hechos. Cuando él aceptaba como válida una idea le parecía deshonesto no hacer todo lo posible e imposible por llevarla a la práctica. Estas palabras de Thoreau fueron un poderosos acicate a lo que estaba haciendo y un estímulo más para ser absolutamente consecuente entre lo que decía y lo que hacía.
c) León Tolstoi: "Con Tolstoi, Rusia me dio un maestro capaz de fundamentar racionalmente mi no-violencia empírica; Tolstoi dio su bendición al movimiento que yo había creado en Africa del Sur, cuando el intento estaba en pañales y apenas hacía adivinar sus admirables posibilidades; fue él quien profetizó en una carta que me dirigió por entonces que mi acción llevaría un mensaje de esperanza a los pueblos oprimidos". (14)
Resulta de interés conocer algo más de esta relación entre estos dos hombres. El conde Tolstoi, a pesar de sus riquezas, sus éxitos y su fama mundial, no encontraba paz para su alma. En 1885, con 57 años, abandonó la vida que llevaba y decidió vivir con sencillez y con renuncia a todo lo que le pareció superfluo. Se vistió como los campesinos y empezó a hacerse todo por sí mismo. Recorrió gigantescas distancias en su país a pie, o a lo más en bicicieta. Se consagró a la educación de los habitantes de su pueblo y, a partir de entonces, escribió mucho sobre temas que tocaban cuestiones esenciales referentes a esta opción de vida que había hecho.
Gandhi también se informó acerca de Tolstoi, a la vez que leyó su obra "El Reino de Dios está en vosotros", entusiasmándose y recibiendo de ella nuevas ideas, que lo movieron a escribirle a Tolstoi. En carta del 1º de octubre de 1909 le contó acerca de su movimiento de "desobediencia civil" en Africa del Sur. Tolstoi le respondió saludándolo como un hermano que se encontraba en la misma lucha. Gandhi volvió a escribirle una segunda vez, enviándole un libro suyo recién aparecido. Tolstoi se lo comentó favorablemente a un amigo, diciéndole que Gandhi tenía sus mismas ideas. Por úItimo, en una tercera carta del 15 de agosto de 1910, le informa al ruso que ha empezado a organizar una "granja-Tolstoi". El anciano escritor se emociona y escribe su respuesta en el acto. Lleva fecha del 7 de septiembre de 1910. La carta le llega a Gandhi con bastante retraso, días después del fallecimiento de Tolstoi. El valor de su respuesta reside en que, bajo la sombra de la muerte ya próxima, reconoce que la resistencia pacífica contra el mal no es otra cosa que la práctica del amor, el más alto y único precepto de la vida humana. Esto pensaba un hombre que estaba al borde de la tumba, y se lo comunicaba a otro hombre que recién empezaba su marcha. La herencia del moribundo tenía un heredero quizá inesperado, que intentaría, durante unos años todavía en Sudáfrica, y en suelo de la India después, aplicar estas convicciones tan vitales y trascendentes. Paradojalmente, en la patria de Tolstoi la historia tomaría pronto un curso muy distinto.
d) Jesucristo y el Sermón de la Montaña: Gandhi confiesa que la lectura de este texto de Jesucristo también ejerció una gran influencia sobre él. Además, algunos contactos con cristianos, suscitaron algunas reflexiones suyas de la mayor significación.
"A medida que aumentaba mi contacto con los verdaderos cristianos, es decir, con hombres que vivían para Dios, ví que el Sermón de la Montaña era todo el Cristianismo para aquel que quiere vivir una vida cristiana. El Sermón es lo que me ha hecho amar a Jesús. Leyendo toda la historia de esta vida bajo este aspecto, me parece que el Cristianismo está todavía por realizarse. En efecto, aunque cantemos 'Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra', hoy no hay ni gloria a Dios ni paz en la Tierra. Mlentras que esto siga siendo un hambre todavía insatisfecha, y en tanto que no hayamos arrancado de raíz la violencia de nuestra civilización, Cristo no ha nacido todavía." (15)
Habría que pasar ahora a las fuentes no occidentales que también influyeron en el pensamiento y en la acción de Gandhi, pero ello alargaría mucho este capítulo. Ellas son abundantes y de los más diverpos tipos. Gandhi integraba muy bien todo lo que iba encontrando en su camino y que le servía para fundamentar su visión central, basada en el principio de la no-violencia. Este esfuerzo suyo sirvió, en todo caso, para poner de relieve que dicho principio no era occidental ni oriental, sino universal. En efecto, en todas las culturas y rincones de la Tierra, frente al hecho de la violencia y sus racionalizaciones ideológicas, pueden encontrarse seres humanos que han preferido buscar otro camino. Unos más y otros menos, todos ellos, sabiéndolo o sin saberlo, se han situado en el gran riel de la no-violencia.
Pensamiento gandhiano sobre la no-violencia
Por su gran riqueza resulta también imposible referirse a este punto en detalle. He aquí algunos rasgos importantes, vinculados con el tema de la no-violencia:
1) Rechazo radical de la violencia como vía para luchar contra la injusticia: "No admito el más mínimo recurso a la violencia para alcanzar el éxito... A pesar de toda mi simpatía y de toda mi admiración por la nobleza de ciertas causas, estoy totalmente en contra de que se las defienda por medios violentos. Por consiguiente, no puede haber ningún acuerdo posible entre la escuela de la violencia y mis concepciones". (16)
2) Confianza absoluta en la no-violencia: "La no-violencia es la fuerza más grande que la humanidad tiene a su disposición. Es más poderosa que el arma más destructiva inventada por el hombre. La destrucción no corresponde ni mucho menos a la ley de los hombres". (17)
3) Fundamento racional: aquí está su vigoroso alegato sobre la relación estrecha entre fines y medios, ya vista en la Introducción de este trabajo.
4) Carácter activo de la no-violencia: "La no-violencia no tiene nada de pasivo. Por el contrario, es la fuerza más activa del mundo ... Es la ley suprema. No he encontrado ninguna situación que me haya desconcertado por completo en términos de no-violencia. Siempre ha llegado a tiempo algún remedio". (18)
5) Consideración táctica en apoyo de la no-violehcia: "Los ingleses quieren obligarnos a situar la lucha en el terreno de las ametralladoras, pues ellos tienen armas y nosotros no. Nuestra única posibilidad de derrotarlos consiste en llevar el combate a un terreno en el que nosotros poseemos armas y ellos no". (19) Esto implica no aceptar dar las batallas en el terreno donde el adversario es virtualmente imbatible. El arma de Gandhi fue siempre la no-violencia, contra la cual las ametralladoras se mostraron impotentes. Este aspecto de la lucha requiere un manejo político lúcido y hábil, en donde habría que resistir con éxito, ante todo, el intento que hará el adversario para batallar en el terreno en que él es fuerte. Sus provocaciones serán múltiples y constantes para que la lucha sea violenta.
La praxis gandhiana
Lo dicho hasta aquí no significa olvidar el carácter específico que tuvo en muchos aspectos la práxis gandhiana. Surgen allí detalles intransferibles, originados en la realidad histórica propia de la India. Hay que mirar, además, un período que va desde fines del siglo pasado hasta tres años después de terminada la Segunda Guerra Mundial. En este marco Gandhi desarrolla su acción durante veinte años en Africa del Sur. Al regresar a su patria es ya una figura mundialmente conocida. Aunque retorna decidido a poner en práctica su método de lucha para alcanzar la independencia de su patria, acepta el consejo que se le da y dedica un año entero a recorrer su país y conocer en el terreno los problemas más angustiosos de su pueblo. Sólo cuando cumple este plan empieza a actuar y a transitar el largo camino que durará cerca de 35 años hasta su asesinato. Cada acción emprendida por él será siempre cuidadosamente planificada y será el producto de meditaciones y oraciones, unidas al estudio acucioso de la realidad en la que se va a actuar. Gandhi se demuestra como un gran estratega político, a la vez que como un eficaz pedagogo social. Escoge siempre elementos sencillos y los comunica a su puebio con gestos simples y bien pensados. Aprovecha el método de lucha no-violento para varios fines simultáneamente, evitando que se transforme en un mero activismo político. La campaña contra las telas inglesas no constituye, por ejemplo, sólo un gesto de rebeldía contra la explotación colonial practicada por la potencia imperial británica. A un pueblo envilecido por la cesantía y el hambre, paralizado en su capacidad de reaccionar y de sentirse sus miembros tratados como seres humanos, les entrega una tarea, mediante el uso de un instrumento, la rueca, que cualquiera puede construir, y que puede devolverle parte de su dignidad aplastada. Los hombres y las mujeres pueden, con medios sencillos y pobres, volver a trabajar, a sentir que sirven para algo, y, al mismo tiempo, participar en una gran gesta colectiva, a saber, la lucha por la independencia de la India.
Mostrándonos, pues, la práxis gandhiana algunas especificidades propias irrepetibles, ella puede iluminar la acción no-violenta en otras partes del mundo con todo lo que ella tiene de permanente y universal.
King
En su obra "América", Jacques Maritain hace una referencia fugaz, pero importante, a la acci6n del pastor bautista negro norteamericano Martin Luther King Jr. Dice:
"Aquí me agradaría rendir mi tributo de admiración a la poblaci6n de Montgomery, Alabama, y a su líder espiritual, el reverendo Martin Luther King. En el famoso boycot a los omnibuses del año 1956 dieron un ejemplo cuya importancia histórica puede ser considerable: el ejemplo más revelador en este país de la posibilidad de usar, en Occidente, los métodos de la no-violencia." (20)
La importancia de King, en el campo de fa resistencia pacífica, es de la mayor trascendencia. En efecto, con él ingresó la no-violencia a la conciencia de Occidente a través de un país que, con sus medios de comunicación y su libertad de información, puso al alcance de grandes masas este camino. Además, realizó el primer esfuerzo serio en este siglo para destacar el carácter evangélico de la no-violencia.
King cuenta que llegó intelectualmente a la no-violencia, mucho antes de verse llevado a practicarla. La "descubrió" leyendo a Gandhi, vinculando su enseñanza con la visión cristiana que profesaba y enseñaba en su tarea pastoral. Buscaba, dice, "un método que eliminase el mal social". (21) Continúa su testimonio:
"A medida que penetraba en la filosofía de Gandhi, mi escepticismo respecto al poder del amor decrecía gradualmente, y por primera vez me di cuenta de que la doctrina cristiana del amor, actuando a través del método gandhiano de la no-violencia, es una de las armas más potentes de las que dispone un pueblo oprimido en la lucha por la libertad." (22)
La práctica vino más tarde. Tuvo que llegarse a la negativa de la comunidad negra, en la que King ejercía su ministerio de pastor, a subirse a los buses de Montgomery, que establecían en su interior una humillante separación racial, para que King entrase en acción. Su relato explica todo esto en pocas palabras:
"Los negros de Montgomery, aplastados por las humillantes experiencias que babían tenido que soportar constantemente en los autobuses, expresaron en un acto de no-cooperación en masa su determinación de ser libres. Se dieron cuenta de que, en último término, era más honorable caminar diariamente por las calles que subir a los autobuses para ser humillados. Cuando empezó la protesta, la gente vino a buscarme para que fuera su portavoz. Al aceptar esta responsabilidad, mi espíritu, consciente o inconscientemente, se volvió al Sermón de la Montaña y al método gandhiano de la resistencia pacífica. Este principio se convirtió en la luz que guiaría nuestro movimiento. Cristo proporcionaba el espíritu y la motivación, y Gandhi el método." (23)
King, al igual que Gandhi, una vez lanzado a la acción no-violenta, aparece como un integrador de elementos aparentemente dispersos, que le dan solidez y fuerza a lo que ha emprendido.
La visión de King esta profundamente enraizada en su vida religiosa, que era intensa y muy encarnada en las realidades que lo rodeaban. Desde pequeño tuvo conciencia de la existencia del racismo en su país y poco a poco fue conociendo en toda su amplitud la situación de opresi6n a la que estaban sometidos los negros. King amaba profundamente a su patria y tenía confianza en sus instituciones, en el sistema de libertades públicas existentes y en las posibilidades que ofrecía la ley a todos los ciudadanos. Pero se rebeló contra su desnaturalización, que se manifestaba en la segregación racial. Lo hizo aplicando la no-violencia en una forma adecuada a la realidad de su país.
King, al igual que Gandhi, demostró condiciones políticas extraordinarias. Fue un estratega y un táctico a la vez. A medida que fue perfilándose y afianzándose su liderato, fue desarrollando un plan cada vez más afinado, que le permitió librar la lucha con gran eficacia y que, en los doce años que duró alcanzó resultados importantes.
Sacando las lecciones dejadas por el movimiento de Montgomery, con el que se inició King en la práctica de la no-violencia, distinguía cinco conclusiones:
Primera: la resistencia pacífica no es un método para cobardes. Hay sacrificios y riesgos que necesariamente deben correrse. Se ofrece resistencia. Hay actividad y no pasividad.
Segunda: no se pretende destruir o humillar al adversario, sino ganar su amistad y comprensión. La protesta y la crítica no son fines en sí mismos, sino medios para despertar en el adversario un sentimiento de vergüenza por el mal que hace.
Tercera: el método no está dirigido contra las personas que hacen el mal sino contra el mal mismo.
Cuarta: el que adopta la resistencia pacífica tiene la disposición de aceptar humillaciones, sin vengarse, y recibir golpes sin devolverlos. No rehuirá la cárcel. Ha descubierto que el sufrimiento inmerecido libera, que en él existe formidable fuerza formativa y transformadora.
Quinta: el no-violento no se deja provocar ni arrastrar a la violencia. Su norma es el mandato del amor. (24) La influencia religiosa es grande en esta visión de King y con ella logró movilizar energías enormes que estaban dormidas en la población negra -y también en parte de la blanca- de los Estados Unidos. Ella también le sirvió en las horas de debilidad. Sus relatos al respecto son numerosos e ilustrativos, como el que sigue:
"Después de un día particularmente fatigoso, me fui a acostar muy tarde. Mi mujer ya se había dormido y yo empezaba a hacerlo cuando sonó el teléfono. Una voz irritada dijo: 'Escucha, negro, hemos tomado medidas contra tí. Antes de la semana próxima maldecirás el día en que llegaste a Montgomery.' Colgué, pero ya no pude dormir. Parecía como si todos los temores me hubiesen caído encima. Había alcanzado el punto de saturación. Ya estaba dispuesto a abandonarlo todo. Intenté pensar en la forma de esfumarme de todo aquel tinglado sin parecer un cobarde. En este estado de abatimiento, cuando mi valor ya casi había muerto, determiné presentar mi problema a Dios. (...) Las palabras que dije a Dios aquella noche están aún vivas en mi memoria: 'Estoy aquí tomando partido por lo que creo es de justicia. Pero ahora tengo miedo. La gente me busca para que los guíe, y si me presento delante suyo falto de fuerza y de valor, también ellos se hundirán. Estoy en el límite de mis fuerzas. No me queda nada. He llegado a un punto en que ya me es totalmente imposible enfrentarme yo solo a todo.' En aquel instante experimenté la presencia de la Divinidad como jamás la había experimentado hasta entonces. Parecía como si pudiese sentir la seguridad tranquilizadora de una voz interior que decía: 'Toma partido a favor de la justicia, pronúnciate por la verdad. Dios estará siempre a tu lado.' Casi al momento sentí que mis temores desaparecían. Desapareció mi incertidumbre." (25)
Esta experiencia casi mística tuvo, sin duda, un efecto político muy grande: King siguió en la lucha y movilizó a su pueblo como no lo había hecho nadie antes que él. A los 35 años, en 1964, recibió el Premio Nobel de la Paz. Su labor alcanzó repercusión mundial. Su asesinato en Memphis el 4 de abril de 1968 terminó con su vida, pero no con su mensaje. Al igual que Gandhi, su figura ha seguido agrandándose.
NOTAS
(1) Echeverría, Andrés: Ghandi, el político de la no-violencia, en: Jesús Ginés y otros: Perspectivas de la no-violencia. Santiago de Chile 1973, pp. 145-146.
(2) Gandhi, M. K.: Autobiografía. La historia de mis experimentos con la verdad. Buenos Aires 1983, pp. 119-120.
(3) Ibid., p. 120.
(4) Ibid., p. 121.
(5) Aplicando al caso chileno este mecanismo de acceso a la no-violencia podría decirse que la inmensa mayoría de los chilenos ha vivido en un suelo cultural más bien no-violento. No obstante, sólo recién, cuando el anhelo de salir de la violencia institucional, que ha hecho tantas y tantas víctimas, mueve a buscar un camino que nos saque de allí sin caer en otro esquema también violento, entra en nuestra conciencia el tópico de la no-violencia. Hemos sido arrojados violentamente fuera del tren y la larga espera en la estación donde fuimos dejados nos ha hecho reflexionar acerca de lo que cabe hacer. La respuesta la estamos encontrando poco a poco, no sin dificultades derivadas en gran parte de nuestra ignorancia respecto al tema.
(6) Lapierre, D. y Collins, L.: "Esta noche la libertad", Barcelona 1977, p. 60.
(7) Mahadevan, T. K.: "Gandhi, verdad y no-violencia", Madrid 1975. p. 46.
(8) Gandhi, M. K.: "Todos los hombres son hermanos", Madrid 1981, p. 77.
(9) Ibid., p. 50.
(10) Ibid.. pp. 50-51.
(11) Ibid., p. 77.
(12) Op. cit. en nota 6, p. 62.
(13) Drevet, Camille: Gandhi, su pensamiento y acción. Barcelona 1976, p. 111.
(14) Op. cit. en Nota 8, p. 77.
(15) Citado en Muller, Jean-Marie: "El Evangelio de la no-violencia", Madrid-Barcelona 1973, p. 246.
(16) Op. cit. en Nota 8, p. 122.
(17) Ibid., p. 126.
(18) Ibid., p. 142.
(19) Op. cit. en Nota 6, p. 189.
(20) Maritain, Jacques: "América", Buenos Aires 1958, p. 57.
(21) King Jr., Martin Luther: "La fuerza de amar", Barcelona 1978. Allí en especial ver capítulo 17. Peregrinación a la no-violencia, p. 196
(22) Ibid. p 197
(23) Ibid. p. 198
(24) King Jr., Martin Luther: Freiheit. Von der Praxis des gewaltlosen Widerstandes. Wuppertal 1982, pp. 80-82.
(25) Op. cit. Nota 21, pp. 154-155.
2 Comments:
Me parece increible que todo esto haya ocurrido sobre este planeta.
Parece que aún no hemos aprendido nada, pero pienso que la noviolencia y la vida de estos hombres son semillas enterradas en buena tierra, como decía el Nazareno.
Muchas gracias por compartir y divulgar estas ideas.
Genial. Tengo que felicitarte por la labor que se lleva en este blog, es motivante. Estas son las pequeñas cosas que nos llevaran a grandes cambios. Felicidades!!
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